En estos días, leer un libro debe ser una de las tareas más difíciles que podemos hacer. Sobretodo si vivimos con vecinos que disfrutan tocando música basura en horarios insospechados.
Ninguno de los posteos que he escrito ni los que escribiré en este blog fueron realizados 'en la comodidad de mi casa' (como dicen los anunciantes de productos
llamellá). Eso, pese a que tengo un modesto ordenador allí (mucho menos poderoso que un Pentium 4; pero con el que se pueden hacer muchas más cosas al mismo tiempo que con alguno
de los ofrecidos en la campaña "Mi primer PC").
Y el porqué no recae en el hecho que necesite internet para redactar los textos que puedes leer en
La caja de música. Después de todo, es técnicamente posible primero escribirlos en un programa como el bloc de notas en 'mi' computadora, grabarlos en un disquete y después en un tarro con acceso a la Web, subirlos al
Blogger.
El concepto clave se llama "concentración". Y en mi casa (sería más exacto decir "mi refugio temporal": vivo ahí con la certeza de que finalmente la dejaré atrás),concentrarse es imposible. La culpa no es de con quienes convivo. Son mis vecinos.
Sin ir más lejos, tengo unos vecinitos que aman... más que eso ¡adoran! la tecnocumbia, más conocido por estos lares como sound, debido a que cuando ganó fama (1998-1999 aproximadamente), el nombre de sus exponentes chilenos más célebres terminaba con esta palabrota anglosajona (Amerikan Sound, D'Latin Sound, Tropical Sound, etcétera).
Estos personajes no tocaban a sus intérpretes predilectos las noches de viernes, sábado y vísperas de festivo como se podría suponer. No, lo hacían (perdón, lo hacen, todavía viven conmigo) una tarde de martes, otra de miércoles... pero especialmente ¡los domingos a las doce de la noche! Y todo lo anterior, a un volumen tan alto que hasta en mi casa se escuchaba fuerte.
Así, debí haber sido uno de los primeros mortales en escuchar las canciones del grupo RED (todavía me acuerdo del coro de una de ellas: "Tu y chó, somos dos adolescentes, que se aman, tu y chó..."). Pero no eran los únicos del vecindario. Otros vecinos de mi bloque tampoco desmerecen, colocando sus receptores al máximo de volumen. Y, por desgracia, absolutamente nada de rocanroleos, música metalera o algo parecido. Ni siquiera el canto nuevo o aquellos intérpretes con sangre comunista tipo Silvio Rodríguez: Demasiado por el contrario, toda la música basura que esté de moda en el momento: Regetón, Axé, ragga, la banda sonora de "Barney y sus amigos", Marco Antonio Solís, Christell, Chayamm, La oreja de Fangó, la música de "Cachureos", Charly Zaa, Amaral, ese tipo que canta "antes de olvidarte", Luis Fonsi (el aspecto no tiene nada que ver con la música... quienes sí me conocen entenderán este comentario), los intérpretes del programa "Rojo: fama contrafama" (por suerte, nadie ha comprado ni pirateado el primer cedé de "Rojo RIP" (¿o era VIP?). Y claro, también intérpretes cumbianceros tan variados como RED, Green, Blue, Adrían y los Dados Negros, Los Maravillosos, Garras de Amor, Ráfaga, Alegría, Fantasía... ¿quieren que siga con la lista?
Incluso, parece que mis vecinos maniacos del sound, de quienes escribí primero en este posteo, tienen una productora o algo parecido. En las Fiestas Patrias del año 2003, llegaron a esa casa nada menos que los Amerikan Sound, quienes darían un concierto en las ramadas de ese año (se supone que en las ramadas, explicación para no chilenos, se celebra el inicio del camino hacia la independencia de Chile, comiendo muchos platos típicos y bailando nuestros bailes nacionales como la cueca y... ¿que la cumbia no es colombiana?) No hicieron ninguna 'tocata', pero se alojaron en esa casa ubicada justo al lado de la mía, dejando en custodia sus instrumentos, que pocos no ersn.
¡Esperen! para el año nuevo de 2005, tuve otra visita estelar a la casa de estos personajes: el grupo peruano de sound "Los maravillosos". Que ahora es el grupo que más tocan estos vecinos, a la misma intensidad de siempre.
A todo esto ¿por qué tener que explicar parte de los dramas de Fernando Castro en su refugio temporal? Es para fundamentar el título de este posteo. Y es que con vecinitos así, ¿ustedes creen que es posible escribir un texto lo suficientemente cuerdo y creativo, sabiendo que para hacer eso necesitas el máximo de concentración? Desde luego que no, y mucho menos leer, que requiere estar aún más concentrado.
Mucho se ha hablado y escrito sobre la escasa lectura de los chilenos. Se dice que en este país se lee y se escribe poco, y que esto ocurre por culpa de la televisión y sus programas basura, así como el computador, el PlayStation y un largo etcétera. ¿pero no han acaso pensado que uno de los motivos por el cual ya no se lee es que no existen lugares agradables y tranquilos para leer? En la comodidad de tu casa ya no se puede, en una plaza difícil, si es que tienes una cerca de tu casa (en la mía no, los alcaldes piensan que para sacar a la juventud del D&A -drogas y alcohol- hay que construirles canchas de fútbol... creo que me salí del tema). El asunto es que es imposible leer o escribir algo en tu casa cuando la concentración es aniquilada por tres buenos para nada peleando por quien toca la radio a mayor volumen. Y ni siquiera música agradable, sino los peores intérpretes de la música basura. Por eso creo que esta música debe ser la responsable de que al menos el pueblo (me salió comunista sin serlo) ya esté dejando de leer: Los tipos de clases acomodadas viven en sus ciudades paralelas, y no tienen estos problemas.
Todavía recuerdo cuando un grupo de compadres intentó hacer una tocata metalera al frente de mi casa y esos mismos vecinitos que tocan a Marco Antonio Solís a todo volumen les reclamaron. La banda experimental de rock progresivo no volvió a sonar más, pero los últimos hits seleccionados por radio Canal 95, sí. Aunque cuando escuchaba sus interpretaciones pude leer tranquilamente un número de la revista "El sábado".
Por suerte, estudio en la universidad. Aquí hay excelentes lugares para leer y estudiar tranquilo. Y cada vez que me quedo solo en mi casa, pongo el equipo de música a todo volumen, lo conecto a mi ordenador, y toco alguna canción de Fourplay, Spyro Gyra o Larry Carlton, intérpretes de smooth jazz. Quizá algún otro vecino me lo esté agradeciendo.
Se acabó. Jetzt, das hervorragende Lied von heute (ahora, la canción destacada de hoy)