Cuando a Jay Beckenstein le preguntaron gracias a qué el grupo que encabeza se ha mantenido por treinta años igual de vigente, publicando constantemente nuevos discos, vendiendo siempre muchas copias y realizando una media de cien conciertos por año —con lo que uno entiende por qué ahora agrupaciones por años separadas se están reuniendo para realizar giras multimillonarias—, no lo piensa dos veces antes de identificar una causa: "Nuestros discos no han vendido suficientes copias como para (pensar en) separarnos": "Si vendieramos más de 6 millones de copias, no necesitaríamos publicar un nuevo álbum antes de varios años"

¿Y quién es Jay Beckenstein? El saxofón en "Morning dance", "Heliopolis", "Conversations", "Alexandra", "Autumm of our love", "Your touch" y "Breakfast at Igor's". Si conoces alguna de estas canciones, no hace falta explicar más sobre quien se trata.

Y si no las conoces, decir que Jay Beckenstein es el líder de una de esas agrupaciones que vale la pena conocer, no sólo por su música, sino por cómo han conseguido concebirla: Spyro Gyra.

Spyro Gyra es considerada como una de las agrupaciones de referencia del smooth jazz, ese estilo que muchos puristas del jazz detestan por considerarlo muy 'fácil de escuchar' y por la manía de sus exponentes de que sus canciones no duren más de 5 minutos, para que así las radios puedan programarlas (¿?). Otros exponentes de este estilo incluyen a The Rippingtons, The Crusaders, Pamela Williams, Acoustic Alchemy, y a Fourplay —cuarteto integrado por otros pesos pesados del smooth jazz con años de circo: Harvey Mason, Bob James, Nathan East y Larry Carlton, que reemplazó en su momento a otro gigante que no es de apellido Kreutzberger: Lee Ritenour. También se considera a Sade y Anita Baker como exponentes de smooth jazz.

Sin embargo, a los chicos de Spyro no les gusta mucho que los ubiquen en este saco. Consideran que resulta más efectivo denominarlos como banda de jazz fusion, debido a su mezcla de ritmos de origenes variopintos. Aunque claro, siempre considerando esta clasificación como referencial: En efecto, son pocas las canciones del grupo que son similares y cada una representa una mezcla sonora única, distinta a las demás. Lo que sorprende todavía más al notar que se trata de una agrupación que inició haya ya casi 30 años.

Sí, las radios programan su música, pero aquellas especializadas en el género o la música instrumental. Y en Chile, una cadena nacional de emisoras como esa no hay (y no, el Conquistador desde el año pasado dejó de contar). Eso sí, muchos de los clásicos de Spyro Gyra son usadas como temas de fondo en la publicidad usadas por innumerables radios del país y en el mundo. Y también por la televisión.


Pero mejor pasen a leer la historia de la banda, narrada en breve.

El nombre del grupo surgió por casualidad: A fines de los setentas, Jay Beckenstein y compañía realizaban todos los martes una presentación en vivo en el club Jack Daniels en Buffalo, New York. Recién constituida la banda, aún no tenía nombre, por lo que el club la presentaba a sus parroquianos como el grupo responsable de los "Jazz Jam" de los martes por la noche. Pasaron los martes y sus presentaciones continuamente acarrearon popularidad por lo que, llegó el momento en que el dueño del local les pidió que decidieran un nombre para el grupo.

Beckenstein, a manera de broma, recordó un trabajo de biología que había realizado en sus años escolares y respondió "spirogyra", que es el nombre de una especie de alga marina. El señor propietario entendió mal y escribió "Spyro Gyra" en los avisos que promocionaron las siguientes presentaciones... y el nombre quedó.

En 1978 sacaron su primera producción, Spyro Gyra. A partir de los resultados de aquel disco y contrastando con cómo se dieron a conocer en NYC, decidieron dedicarse a ser una 'banda de estudio': No se sentían capaces de realizar conciertos de gran envergadura y reflejar en vivo la sinergia sonora que ya se hacía notar en aquella primera placa, que inicia exactamente con el primer clásico de la banda: "Shaker song".

Y así, al año siguiente sacan un nuevo disco, a mi gusto aún más brillante que el primero; Morning dance, que inicia con la canción del mismo nombre. Y en cada uno de los siguientes 5 años publican una nueva producción: Catching the sun (1980), Carnival (1981), Freetime (1982), Incognito (1983) y City kids (1984).

¿Cómo puede explicarse que hayan sacado tanto material en tan poco tiempo? Entre 1976 y 1984 Jay Beckenstein y sus amigos crearon canciones como "Leticia", "Autumm of our love", "Heliopolis", "Incognito", "Catching the sun", "Conversations", "Café Amore", "It doesn't matter" y "Old San Juan", por mencionar unas cuantas. Todas canciones sonoramente muy distintas entre sí, por lo que Spyro no calzaba en el molde de una agrupación prefabricada, como aquellas que cada año sacan un nuevo disco (con canciones que se parecen mucho entre sí)... hasta que el grupo pasa de moda y se disuelve (fenómeno que quizá ocurrió más veces en una década de las últimas 5 que en otras, pero ciertamente estuvo presente en cada una de ellas).

Además, los discos de Spyro Gyra no se vendían a niveles de superestrella. Tal vez, en una cantidad justa para autofinanciarse, pero más que suficiente para que Jay y los suyos notaran que tenían (tienen) una fanaticada. O no: Hay quienes afirman que de 1979 proviene el único éxito radial que impuso Spyro Gyra en su historia —precisamente "Morning dance", canción regalona del Weather Channel. Lo que refleja que no se trataba entonces de una grupo reconocible por la masa. Un one hit wonder vendía el disco que incluye el hit, el siguiente resultaba un fiasco y después, adiós grupo. Después de Morning dance, Spyro Gyra siguió publicando un trabajo por año hasta 1990.

Definitivamente, el continuo trabajo de Spyro Gyra no se puede explicar en una ambigua definición de las preferencias del público. ¿Êntonces dónde está el porqué?

Está en lo que Beckenstein ha dado a entender: Que semejante continuidad en el estreno de nuevas canciones obedece nada más que a la rutina de trabajo que desde un inicio, se autoimpusieron los señores de Spyro Gyra: producir un caudal creativo que cada año les permita lanzar una nueva placa. No sé ustedes, pero a mí me encantaría tener un trabajo así. No participar en una banda de smooth jazz, sino tener un trabajo en el que me obliguen a constantemente tener nuevas ideas para sacar en un plazo predeterminado nuevos proyectos, y todo con un grupo de amigos/compañeros que evitarán que pase por crisis creativas que reduzcan mi caudal productivo.

Regresemos a la cronología: Para 1983, Spyro Gyra ya llevaba 7 discos en estudio. Entonces decidieron atreverse a realizar su primera gira de conciertos en vivo. Además de dimensionar la aceptación del público, descubrieron que, tocando en vivo, funcionaban tan bien como en estudio: Consideren que en el estudio de grabación se pueden permitir tocar una parte de los instrumentos que sonarán en una canción y después el resto y, al final, unir el conjunto. Pero en vivo, todos los instrumentos deben sonar juntos. Y en aquella ocasión, sonaron asombrosamente.

Esa primera gira quedó registrada en el disco de 1984 Access all areas. No podían haber elegido un mejor nombre: Con esa gira, La fanaticada de Spyro Gyra tuvo acceso libre a cómo pudieron interpretar las melodías con las que en siete años lograron distinguirse.

Y a partir de ese momento, Spyro agregó un nuevo deber en su rutina de trabajo: realizar un tour de conciertos cada año...

Lo que (y eso es más increible todavía) no impidió que siguieran lanzando discos con la misma periodicidad. Hasta la fecha, sólo en 1991, 1995, 2000 y 2005 no lanzaron una producción (¡publicaron sus primeras 14 placas en 14 años!). Que posean su propio estudio de grabación (¿adivinen dónde?: en Buffalo), ayuda a ese caudal creativo impresionante. Pero, insisto, no es el único factor determinante.

Son bien pocos los grupos musicales que se mantienen con sus mismos integrantes por un tiempo extendido. Los grupos de música prefabricada tienen prefabricado hasta cómo se disuelven: cuando pasan de moda. Algunos lo hacen discretamente u otros de manera escandalosa —para la prensa del corazón—, pero en el fondo, sabes que se separan porque ya pasaron de moda. Y como mientras estuvieron vigentes fueron sobreexplotados, ciertamente duraron muy pocos años, ni superaron el lustro (sí, también prefabricaron la duración de un grupo prefabricado).

Los demás, además de durar más tiempo que las bandas prefabricadas, se separan por causas demasiado diversas, destacando por número y connotación por parte de los medios, aquellas separaciones por conflictos de convivencia, que transformaron a los antes amigos que tenían un grupo musical, en enemigos de los más acérrimos (ya se sabe, tu peor enemigo casi siempre resulta siendo el que antes era tu amigo más cercano, y si no pregúntenle a Claudio Narea).

Spyro Gyra no está integrado por los mismos componentes que lo fundaron en 1977. Sin embargo, destaca que hasta la fecha, ninguno haya abandonado el grupo por conflictos de convivencia. A lo más, lo han hecho para mantener carreras independientes que hacían imposible el mantenerse participando en el grupo. Por ejemplo, Dave Samuels, dejó oficialmente el grupo cuando formó en 1994 su propio grupo, el Caribbean Jazz Project; sin embargo, de vez en cuando sigue apareciendo en los créditos de los discos de Spyro Gyra como músico invitado.

Además, la honestidad y el práctico fanatismo por lo que hacen ha permitido que Spyro Gyra viva tan ensimismada en sus creaciones musicales que, para ellos, estos 30 años sí que no son nada. Aún más, lo anterior no ha impedido que cada miembro de Spyro desarrollara una vida normal e incluso demasiado tranquila si se le compara con otras agupaciones de rock y pop.

Y cómo no, si su música es alegre, optimista, sorprendente, amistosa, fresca relajente en serio... en fín, puede provocar un montón de emociones, pero nunca, nunca entristece. Emulando el eslogan de la desapararecida radio Andrés Bello, en un mundo que nos depara tantos disgustos y cuando escuchamos a diario contra nuestra voluntad ritmos como el reguetón que no merecen ni siquiera ser denominada música, escuchar a Spyro Gyra... calma.

Y no importa el impetu comercial que podría considerarse que igual está presente en la manía de Jay y compañía por sacar discos frecuentemente. Cuando estás frente a un grupo como este, lo único que deseas es que comercialmente les vaya bien, para que sigan haciendo la música que los ha distinguido incluso de los demás exponentes del smooth jazz. Porque sabes que, pese al éxito comercial, nunca crearon su música buscándolo.

¿Cómo se ve Beckenstein en el futuro? Pese a sus recientes proyectos en solitario, Jay cree que seguirá haciendo "a lot of Spyro Gyra" (demasiado Spyro Gyra, traducción literal), la mejor forma de definir lo que crearon y seguirán creando. Una fusión de estilos musicales que hace rato se transformó en un estilo (redundo para enfatizar) único por sí solo.

Entrevista a Jay Beckenstein en diario La Jornada en México notable su opìnión respecto al pop.
Band's FAQ on SpyroGyra.com
Jay Beckenstein interviewed by The Celebrity Cafe
Jay Beckenstein interviewed by Luxury Experience
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53. Spyro Gyra, "Morning dance"
Morning dance, 1979
Despertarse a las 6 de la mañana escuchando (o viendo) las noticias no es la mejor idea para empezar el día de buena manera. De acuerdo, puede que Tomás Mosciatti exponga la realidad como ningún periodista de radio lo hace (porque Tomás no es periodista). Pero amanecerse tan temprano, lo que requiere un importante esfuerzo, escuchando por sobre todo malas noticias, no siempre te deja del mejor ánimo para afrontar bien el día.

Por eso, no hay nada mejor que empezar una jornada que arrancaste tan temprano que con una canción tan energética como "Morning dance". La escuchas y, de verdad, te dan ganas de salir a bailar, hacer jogging, moverte... definitivamente no es fortuito que Beckenstein y sus amigos hayan titulado así este tema, uno de los GRANDES (así, con mayúsculas) clásicos de Spyro Gyra. Con canciones como esta, vaya cómo uno se motiva a mandar todas las malas vibras a la mierda y piensa que son los pequeños detalles como los tres minutos de un track, los que hacen esta vida más soportable ¡Y dicen que el smooth jazz es easy listening que relaja y no te provoca mayores emociones!

Bonus tracks! A propósito del cumpleaños de la Caja, incluyo como extra otras canciones igual de clásicas de Spyro, muchas de ellas creadas durante su primera década de existencia, como "Autumm of our love", "Incognito", "Heliopolis", "It doesn't matter" y, como no, "Shaker song", la canción con la gue inició su primera producción discográfica, hace ya 30 años. Imperdibles.

Bonus tracks (2)! Descarga el último disco de Spyro Gyra, Good to go-go de 2007, subido por Luís Andrés Mendoza para su blog. Simplemente, se pasaron (Spyro y Luis).

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11 de septiembre de 2007, 2:09
Hola Fernando!
Que bueno leer a "otro" alguien que admire a esta tremenda banda, la cual he tenido oportunidad de escuchar en vivo, en Caracas, unas cuantas veces. La primera vez en el '81. Aquí contradigo tu aseveración de que decidieron salir de gira en el '83. Lo que me imagino es que fue tal el éxito de "Morning dance" que los obligó a presentarse en vivo, apenas a 2 años de haber salido el album. Con la excepción de esta pequeña imprecisión disfruté mucho tu reseña. Y quisiera acotar que además de Beckenstein una pieza importantísima del equipo Spyro Gyra desde sus inicios ha sido el tecladista Tom Schumann. El hombre es tremendo genio de los teclados. Algunas de sus composiciones no entran, para nada, en la categoría de cool jazz o easy listening. Otro valuarte desde hace bastantes años es el amigo Julio Fernández, otro virtuoso instrumentista y compositor excepcional. Muy lamentable la partida de Dave Samuel como integrante regular de Spyro gyra. Se le echa de menos. Saludos y gracias
11 de septiembre de 2007, 23:52
Y gracias a ti por rectificarlo. Frente a ese dato recurrí al viejo adagio periodístico de "si dos fuentes afirman lo mismo, es por que es verdad". En este caso, el articulo de Wikipedia y un par de notas periodísticas que saqué de la red me sirvieron para poder afirmar eso.
Y recuerda que los caractericé como grupo de smooth jazz para que la gente que no conozca a la banda pueda entender, a grandes rasgos, pero sin describir con exactitud, hacia qué dirección va su música. Por que si los conoces clasificarlos así sería una verdadera herejía (tal como lo hice al notar al siguiente párrafo cuanto detestan los mismos Spyro que los ubiquen en ese saco). A mi no sólo me da lata ubicar a Spyro en un grupo en especial sino el simple hecho de agruparlo en un estilo me acompleja. Para mí, lo que hacen Jay, Schumann y los demás ningún otro grupo lo hace.

Y como lo destaqué, no sólo por el sonido sino por haber conseguido como grupo una sinergia tan impresionante que los mantenga sacando nuevos discos cada año. Y presentandose en vivo con la misma frecuencia. Da lo mismo cuando hayan empezado con los conciertos en vivo, a esta altura, que se mantenga como grupo es lo mas admirable. Insisto, en tiempos donde todo dura menos de lo esperable, a mi me encantaría tener un trabajo como ser miembro de Spyro Gyra.

Y vaya, qué envidia me provoca que los hayas visto en vivo. Para que un grupo como ese llegue a Chile, sólo hace falta una cosa: Que yo tenga suficiente dinero y habilidades de producción para traerlos acá. Si a una Francesca Ancarola y a un Antonio Restucci sus propios coterraneos los vilipendean, qué posibilidades quedan de traer una banda como Spyro Gyra.

Muchas gracias y saludos, diego
29 de septiembre de 2007, 21:28
Hey, gracias hermanos, estuve buscando alguna info de spyro, y me encontré con estos comentarios, donde de paso, también me nombran, gracias a todos, y sí, siempre estaremos a la orden desde Venezuela a través de mi blog!

http://luisandresmendoza.blogspot.com

Luis Andrés.
   
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