De acuerdo con las radioemisoras que programan principalmente música latina, como Pudahuel, Romántica, Bésame Radio o FM DOS, entre 1990 y 1997 los únicos intérpretes que cantaron temas que resultaron, como ellas los denominan, ‘éxitos’, fueron Alejandro Sanz, Ricky Martin, Ricardo Montaner, Luis Miguel alias ‘chupete de fierro’ y Ricardo Arjona.

Y de los mencionados, no todos los singles que efectivamente publicaron por esos años —y que, ciertamente, fueron sucesos en aquellos momentos.

Tal vez sí con Sanz (quien, entonces, recién iniciaba su carrera), pero indudablemente no con Arjona, quien de acuerdo con estas radios sólo impuso en los ránkings el tema “Mujeres” y “Señora de las cuatro décadas” —también “Jesús Verbo no Sustantivo”, que únicamente estas radios programan en Semana Santa, y nomás el viernes— y no volvió a revolucionar el hit parade hasta, digamos, 2002, cuando sacó la canción “Porque es tan cruel el amor” (o como se llame). Otros tracks como “Historias de taxi”, “Historia de Emilio Delgado... me equivoqué, del portero”, “Si el norte fuera el sur”, “Tu reputación”, “Te conozco”, incluso genialidades como “Tarde (sin daños a terceros)“ o “Mesías”, definitivamente sonaron menos cuando fueron lanzadas a las emisoras que el último disco de Swing out Sister por estos lares.

El ‘chupete de fierro’, en tanto, sólo habría impuesto en los charts “Será que no me amas”, y determinados singles de su colección de “Romances”. Antes de eso, lo único exitoso de Luis Miguel habría sido “La incondicional”. Por otro lado (¿nunca mejor escrito?), el cancionero exitoso de Ricky Martin empezó con “La copa de la vida” y su disco “Vuelve”, sin incluír en absoluto canciones previas como… trato de acordarme de una y sólo se me vienen a la mente “María” y otra cuyo coro empezaba cantando “Fuego contra fuego es amar…”. Por último, el único fenomeno de Montaner por esos años debió ser el tema que supuestamente le dedicó a mi país y que siempre canta al final de sus repetidas presentaciones en el festival de Viña del Mar.

Además de las cadenas satelitales provenientes de Santiago, en Antofagasta también se puede escuchar otra radio dedicada a la música romántico-latina (si escribo ‘en español’, agruparía también a grupos como Presuntos Implicados e intérpretes como Francesca Ancarola, que en absoluto no merecen ser incluidas en este saco). Esta radio, que se llama Romina FM, tiene una gracia: programa muchas canciones de este estilo, publicadas entre 1990 y 1997, que entonces fueron muy exitosas (estaban en el ránking latino que semanalmente preparaba la revista “TV Grama”, basándose en la información proporcionada por las mismas radioemisoras) pero ahora no son pinchadas en las emisoras que supuestamente se especializan en el género. Al menos en un horario que no sea entre la hora cero y las seis de la mañana.

¿Temas como cuales? En primer lugar, las de intérpretes que se hicieron muy famosos en esos años (o estrellas consagrados desde mucho antes), pero que después de 1998 pasaron al olvido —o más específicamente después de junio de 1999, cuando nació FM DOS, emisora que pretendió acompañar a las parejas (heterosexuales, se supone) programando música en castellano e inglés, privilegiando las canciones publicadas en fechas recientes y excluyendo todo lo realizado anteriormente. Como Ilan Chester, Luís Ángel, Ambra, Marcos Llunas, Sergio Dalma (quien después por el 2000 regresó con un disco exitoso, cuyos singles ahora son, en efecto, los únicos que estas radios seleccionan), Manuel Mijares, Rocío Durcal, Marisela, Rudy LaScala, Jon Secada, Pandora, Lucero, el grupo Ariztía, Eros Ramazotti, Ana Gabriel, Paloma San Basilio, José Luis Perales, Roberto Carlos, vamos, hasta Raphael (con su inolvidable “Escándalo”), José Luis Rodríguez, Emmanuel y Pimpinela, agrupacion que en los noventa abandonó sus canciones de conflctos matrimoniales y se ‘reconcilió’.

En segundo lugar, los de intérpretes que ahora sí son exitosos, que debutaron entre 1990 y 1998, pero cuyas canciones publicadas en esos ocho años han sido completamente vilipendiadas por las radios mencionadas. El mejor ejemplo se llama Laura Pausini, pero no es el único:

Hasta 1998, las canciones promocionales de los tres primeros discos de la Pausini en castellano eran recontraprogramadas por Pudahuel y sus clones (temas como “La soledad”, “Gente” —del primero—; “Las cosas que vives”, “Inolvidable” —del segundo— o “Emergencia de amor” y “Mi respuesta” —del tercero). Es más, las versiones en italiano de estos mismos tracks eran fijas en la programación de emisoras adulto-contemporáneo como Infinita o la antofagastina Definitiva. Después de 1998, Pausini siguió presentando nuevos álbumes, que tuvieron suficiente revuelo como para que fueran consideradas por estas radios, aunque olvidándose de sus trabajos previos. Así, ahora la única canción de Pausini que Pudahuel programa es la más reciente. “Víveme” creo que se llama.

Por cierto, Definitiva desapareció inexplicablemente en 2001 y actualmente Infinita ya no pincha temas de Laura Pausini en italiano. Pero tampoco programa a Silje Nergaard, aunque sí tres veces por día a Joss Stone y James Blunt y se autodefine como la radio para los que saben oír…

Escribí que no era el único caso, ya que también tenemos a Shakira, cuya situación ya la aludí en un posteo anterior sobre el amado por la ‘comunidad gay’ Ricky Martin (quien también es otro ejemplo de este caso: sus canciones má antiguas programadas por estas emisoras son las de su producción "Vuelve"). Ahora, las radios latinas sólo programan los singles de su primer disco para el mercado gringo y de posteriores, como dicen los computines. Y a La Ley, que al parecer fue descubierta por las radios latinas cuando publicó su primer álbum hecho en y para México: “Uno”. Mentira: “Si tú no estás aquí” interpretada por Andrés Bobe en aquellos tiempos en que La Ley a mi gusto sí era un grupo notable e innovador, fue siempre preferida por Romántica y sus similes. Pero ahora no.

Podría seguir mencionando hasta el infinito otros intérpretes que han corrido por la misma suerte, pero prefiero rematar nombrando a un par de cantantes que rompen esta regla: En el caso de Miguel Bosé, radios como FM DOS programan sus canciones más recientes, pero ninguna publicada en los noventas (hace mucho tiempo que no escucho en una radio su canción "Este mundo va", por dar un ejemplo). Y sí, muchas de las que lanzó entre fines de los setenta y principios de los ochentas como "Amiga" y "Amante bandido" (pero no "La chula" y similares).

Y la canción más popular de Marco Antonio Solís ("Si no te hubieras ido", que jamás se llamó "No hay nada más dificil que vivir sin tí") es de mediados de los noventa. En su momento fue programada por las radios como una más, sin mayor revuelo. Ahora, la escuchas todos los días, en todas las radios romántico latinas.

Las radios de música latina ahora se han limitado a tocar canciones publicadas desde 1998 en adelante y que fueron exitosas en su momento. Y sólo algunos tracks de determinados artistas ‘consagrados’ presentados en años anteriores. A ese nivel se limitó su programación, lo que explica por qué ahora en FM DOS (por dar un ejemplo) acostumbras a escuchar la misma canción varias veces en el día.

Tomen en cuenta que muchos cantantes/grupos latino-románticos que ahora escuchamos (o tratamos de no escuchar, como en mi caso) a diario, se hicieron conocidos y/o debutaron a partir de 1998. Y opino que de estos se componen por lo menos el 75 por ciento de la parrilla musical de una radio como la de Pablo Aguilera: Alex Ubago, La oreja de fango…, perdón, de Van Gogh, Alejandro Fernández, Belinda, Kudai, Amaral, Ella Baila Sola, David Bisbal, David de María, Leandro Martínez, Mario Guerrero, María Jimena Pereyra, M. José Quintanilla y otros provenientes del programa “Rojo: fome recontrafome...” (otra vez me equivoqué, era 'fama contrafama'); Luis Fonsi, Jarabe de Palo, Rosana… ya no tengo tiempo para seguir con la lista.

¿Y qué pasó con aquellos que fueron exitosos antes del 98, como Marcos Llunas o Luís Ángel? ¿Pasaron de moda? ¿No pueden ser considerados como clásicos?

Tal vez en el futuro surja una simil ‘latino’ de radios como Universo, que se dedican a programar únicamente a las canciones pop en inglés publicadas hasta principios de los noventas. Una enisora que sólo pincharía tracks latinos de quizá hasta 1998. Es decir, Classic-Latin-Music, emulando al eslogan de Universo Classic-pop-music.

¿Será una forma implícita de mostrar que la música latina es, en esencia, música basura exitosa en un principio pero que no resiste en absoluto la prueba del tiempo, como un reguetón cualquiera? ¿Qué canciones e/o intérpretes de “Rojo: fama contrafama” serán programadas en cinco años más por Radio Pudahuel? ¿Es que las auditoras de estos medios (ya se sabe que radios como esas son escuchadas principalmente por mujeres) padecen de amnesia o simple conformismo?

De cualquier manera, el tema a mí no me quita el sueño. Nunca me gustó la música latina pero encuentro que hace mucho tiempo escuchar una radio como Pudahuel (cuando era 'la primera en tu corazón, con toda razón') no era una mala idea si querías escuchar música que no te gustaba pero que tampoco te irritaba (lo que yo llamo “música neutral”). Desde que nació FM DOS —que impuso un nuevo paradigma de cómo concebir una radio latina— lo anterior dejo de ser así y escuchar una radio de este tipo pasó a ser una verdadera tortura.

Y pasé meses tratando de evitar escuchar una emisora de esas (En Antofagasta hay varias: Pudahuel, Canal 95, Bésame y FM DOS) hasta que un día me topé con Romina FM y al reencontrarme con aquella ‘musica neutral’ que esta sí programa y que las demás ignoran (pero que en su momento fueron pinchadas como verdaderos ‘éxitos’), noté el cambio en la programación de las radios ‘latinas’ que, hasta entonces, había olvidado. Eso fue el 2004 y ahora, dándole más vueltas al asunto, decidí escribirlo para La caja de música. No pensando en que tengo la absoluta razón, sino con el objeto de plantearlo para que ustedes lo debatan. Los comentarios son muy bienvenidos.

Pudahuel, la radio de Chile, y su extensa red de emisoras desde Arica a Punta Arenas, presentan el Destacado Musical de La caja de música, con la inconfundible pluma de Fernando Castro. Y el alto auspicio de Opera, simplemente la mejor experiencia en ínternet; Blogger, obtén tu blog gratis; Wikipedia, la enciclopedia libre y Benedictino, elegida la mejor agua de Chile:
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19. Patricia Barber, “I fall in love too easily”
Night club, 2000
Si es fácil comparar a Silje Nergaard con Norah Jones, también lo es equiparar a Diana Krall con Patricia Barber... lo que también implica no explicar con exactitud lo que puedes esperar de una jazzista con menos márketing que la esposa de Elvis Costello y con una trasfondo interesante por sí mismo, que deja bastante espacio a la reflexión.

Patricia Barber forma parte de esa casta de músicos que crean sus discos dejando las implicaciones artísticas (en todo el sentido de la palabra) por sobre las comerciales. Que su jazz se acerque al pop o no es asunto para los críticos musicales, porque para Barber, explica un cronista gringo, cada producción suya expresa su arte, consistente con su carrera musical y con los principios que defiende ("expresses her art and that is consistent with her artistic journey and her principles", por si lo traducí mal).

El resultado de esta búsqueda es una experiencia sorprendente, La voz de Patricia es grave y oscura, lo que en conjunto con el sonido de las canciones y sus letras profundísimas te lleva a un ambiente de lo más íntimo y nocturno que puedas imaginar. Lo de las letras da un poco de rabia si no entiendes mucho de inglés: te pierdes la mitad de la diversión, sobretodo tomando en cuenta que es muy dificil encontrar las lyrics de muchas de sus canciones, al menos, de las que son composiciones inéditas de la Barber.

La canción aquí recomendada proviene de un disco que, contrario a lo que podrían suponer grandes ignorantes en el jazz como yo, sólo incluye nuevas versiones de otras composiciones que Patricia usualmente interpreta en sus presentaciones en clubes nocturnos (por eso el nombre). Fíjense que son temas jazzisticos catalogados como 'standards' (así llaman los estadounidenses a los clásicos más importantes de la música) y no grandes temas populares readaptados.

No he terminado. Hay un detalle en la vida de Patricia Barber que la hace más admirable de lo que ya es: Que es lesbiana. Hay cantantes que transformaron en parte fundamental de su discurso y de la imagen extra musical que venden el hecho de ser GLBTs. Pero para Patricia Barber, ser lesbiana es sólo un detalle en su vida. No lo oculta, sino trata de dejarlo en un segundo plano a favor de notar la fuerza de su música. Y lo consigue.

Bonus tracks! El RAR que puedes descargar también incluye otra canción del Night club: "Just for a thrill".

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