Esta semana me compré un Walkman. No un reproductor de MP3 de marca desconocida, como esos que las grandes tiendas como
RIPLEY y
Falabella están rematando como parte de su campaña de Navidades y que, de aquí a la próxima Noche Buena, habrán excedido su periodo de vida util. Sino un Walkman de
SONY, que tal como el primer aparato que ostentó esta marca, reproduce casetes compactos y sintoniza radioemisoras en FM y AM. Ahora la radio se sintoniza digitalmente y puedes saltarte de
FM Siete a
El Conquistador, del Conquistador a
Infinita, y de Infinita a
Bío-Bío, la Radio, y todo sin pasar por las radios intermedias (como Canal 95, FM Plus o FM DOS). Y el aparato funciona con una sola pila AA (que puede ser alcalina, normal o una recargable de NiMH, que yo compré por separado).
Lo compré para reemplazar a un
Philips que me regalaron a principios de año (que murió tras haberlo sinceramente recontraabusado), que reemplazó a otro Walkman que me duró más de diez años (ambos con radio análoga). Y, probablemente, se trate de la última evolución del también llamado
personal stereo tradicional. Con la arremetida del formato MPEG1 layer 3 (mejor conocido por su abreviación MP3, y no Mp3 como algunos ignorantes que se las dan de computines expertos lo iinsisten en denominar) surgieron muchos aparatos minúsculos que reproducen estos archivos.
Inicialmente eran caros, dificiles de usar y con muy poca capacidad (hasta media hora en archivos emepetrés). Hasta que llegó
iPod, que simplificó el uso de estos aparatos y ofreció capacidad de almacenamiento para dos dias ininterrumpidos de música, con un tamaño cercano al Game Boy Pocket y, a todas luces, menor a un Walkman ordinario.
Como el que me compré la semana pasada. Puede que SONY Corporation no lo diga por ninguna parte, pero siento que mi nuevo Walkman podría ser, en efecto, el último que la megalómana empresa electrónica japonesa fabrique.
Ahora, SONY está en una situación económica bastante compleja. Puede que PlayStation sea el líder absoluto en el nicho de las consolas, pero sus reproductores de MP3 con gran almacenamiento se han vendido en mucho menos cantidades que el increible a todas luces iPod de Apple. Lo mismo pasa con sus cámaras digitales, televisores, ordenadores... sin tomar en cuenta su división de música que pierde millones de dólares —por culpa de la piratería, ellos dicen; por la monotonía de sus últimos lanzamientos, opino yo.
La empresa se ha reestructurado y lentamente han dejado de fabricar aparatos basados en antiguas tecnologías. Como los grabadores/reproductores de VHS o las cámaras de vídeo caseras que usan cintas de 8 milímetros. Y supongo que los estéreos personales que reproduzcan casetes compactos serán los siguientes.
Entonces, mi nuevo modelo de Walkman (tomen nota de él, es el WM-FX290) será el último Walkman que la electrónica japonesa fabrique. Puede que en el futuro siga denominando como Walkman a sus reproductores portátiles de archivos digitales o discos ópticos, pero ninguno de ellos será, para mi, un Walkman de verdad. Por que represento a esa generación que reconoció por años al Walkman como la radio AM-FM portatil que, además, reproducía casetes compactos con gran fidelidad. Y no como otra cosa. Más aún si tomamos en cuenta que por entonces, SONY creía lo mismo (recuerden que, cuando estrenó su reproductor portátil de CD, lo llamó Discman y no CD Walkman, como efectivamente lo hará mucho tiempo después, en 1999. Su personal de MiniDisc se llamaba inicialmente MD Discman. Y, de hecho, sus reproductores de MP3 todavía se llaman Network Walkman, como en un principio los demominó).
Y todavía más, el paradigma del reproductor portatil de MP3 no se llama Walkman, como aún lo es el de la radio tocacaset portatil. Se llama iPod, por más que SONY luche por que deje de ser así. Y creo que seguirá siendo igual por mucho tiempo... o hasta que SONY se compre Apple, que suena descabellado pero tomando en cuenta que hace diez años creiamos lo mismo de la posibilidad de que Adobe adquiera Macromedia, Chrysler a su archirrival Daimler-Benz o Time Warner a una entonces emergente America Online (o incluso, el por suerte fracasado intento de Microsoft por comprarse Nintendo, en plena era Xbox), entonces no es para nada descartable.
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