En estos tiempos de lógica de mercado, los que escuchan música que no han comprado, no escuchan música sino otra cosa que quizás se le parezca. No merecen la calificación de melómanos sino de fanáticos de la música pirata los que cantan y bailan las canciones que no han pasado por caja.
Cuando apareció un virus que borraba los archivos MP3 de los discos duros de los usuarios de las redes P2P, la Asociación de Compositores y Autores de la Música dijo que ese virus iba “contra los amantes de la música pirata”. Los usuarios de P2P no aman la música, sino la música pirata, que debe ser otra cosa distinta.

LOS EXILIADOS DE LAS ESTADÍSTICAS: En una carta al director enviada al diario "El País", un lector cuenta la misión imposible que para él y su esposa supuso ir a la ópera. El impedimento: las dos entradas les costaban 135 mil pesos chilenos. Después de lamentarse de que la ópera fuera un espectáculo dirigido a los pocos que pueden pagársela, terminó su carta en un estado de exaltación y furia diciendo: “Y a vosotros, compañeros proletarios de la cultura, sólo un mensaje: ¡Viva la piratería! ¡Piratead, copiad, bajaos de Internet, colaos en los espectáculos, usad las bibliotecas públicas!”.

La piratería es hija de un sistema que ha condenado al hambre cultural a la mayor parte de la población. Esta censura del siglo XXI en la que se ha convertido el precio, es la mayor promotora de la subversión que supone la copia. Cuando los excluidos han conseguido acceder a avances tecnológicos que les daban entrada en un círculo reservado a una élite, el poder económico ha reaccionado con la táctica del miedo, el engaño y el coscorrón.

El beneficio que genera compartir cultura sin limitación es un exiliado en los medios de masas y en las agendas de los gobiernos. Nada o menos que nada importa el hecho de que millones de ciudadanos tengan hoy un acceso a la cultura que hasta ayer solo soñaban. Que se pida que el interés privado no aplaste al interés general o que las empresas se adapten o sometan a esta nueva realidad es un delirio propio de piratas.

La mayoría de los creadores no serían lo que son si no hubiera existido antes lo que ahora llaman piratería. Si vas a casa de cualquier músico verás que guarda como reliquia del pasado una pila de casetes que, en sus tiempos, se multiplicaban de amigo en amigo. Es esa música, esa cultura que se regalaba, la causa de que ellos hoy sepan qué hacer en el estudio de grabación. La única manera de tenerle ganas a la música es escuchándola y no hay mayor inspiración para hacerlo que ver cómo lo hicieron otros. La principal instrucción de muchos músicos de hoy viene, precisamente, de que se saltaron la barrera que construyó el mercado y accedieron a una cultura que les estaba negada. Sería bueno que existieran los encuestados sinceros y pudiéramos saber cuántos autores de los que hoy claman contra la piratería han sido amamantados por ella.

Daniel Samper Pizano explica en el prólogo del libro “Gerardo Masana y la fundación de Les Luthiers” que oyó “por primera vez la música de Les Luthiers a principios de 1975 en Colombia” gracias a una “mano misericordiosa” que le entregó “un casete que alguien copió de cierto casete que alguien había copiado de otro casete que copió, a su vez, un admirador anónimo”.

Esa mano misericordiosa de ayer, mano pirata de hoy, fue la que hizo que años después Samper escribiera el libro “Les Luthiers de la L a la S”. Son exiliados de las estadísticas todas las obras que nacen gracias a la misma práctica que algunos dicen que asesina la cultura y ahoga la creación.

No solo la difusión de la cultura multiplica a los que la saben crear sino también a los que la saben disfrutar. Mientras la televisión te condena a pena de aburrimiento perpetuo, las redes P2P han supuesto para millones de personas la burla de un sistema diseñado para desactivar cerebros y homogeneizar personas.

En lugar de aplaudir e intentar mantener ese avance que multiplica el acceso y la diversidad cultural de los ciudadanos, los gobiernos han decidido despreciar y criminalizar a la sociedad a la que deberían representar y proteger. El interés que suscita el acceso a la cultura lo resumió bien una parlamentaria en un debate televisivo y que dijo que “lamentablemente en España se lee poco, pero lo importante es que no se lea pirata”. En la España en la que la Pantoja y Pocholo son las dos personas más populares del 2003 lo importante no es que los ciudadanos lean, sino que no lean fotocopias.

Pero el derecho al acceso a la cultura no es el derecho al ocio, ni el derecho a disfrutar del tiempo libre. Es mucho más. El crecimiento de cada persona es muy distinto dependiendo de la cultura que come y digiere. Tus aficiones, inquietudes, deseos e ideologías están directamente relacionadas con los libros que lees, las películas que ves y las canciones que escuchas. Lo que está en juego es el derecho al desarrollo de la personalidad. Lo que está en juego es el derecho a ser.

La cultura es la vitamina que exige el derecho a la libertad de expresión para que pueda ser ejercido con toda su potencia. Uno de los mejores trucos de las democracias de hoy consiste en dejar plena libertad a decir lo que se quiera a los mismos ciudadanos a los que la televisión les ha cortado la lengua. ¿Qué libertad de expresión tiene el ciudadano que no tiene nada que expresar o que no sabe cómo hacerlo? ¿Qué libertad de elección tiene quien solo sabe elegir qué concursante de "Gran Hermano" debe abandonar la casa? Derecho formal es como puede llamarse a la libertad de expresión en los tiempos en los que Carmen de Mairena es un ídolo de masas. Es el derecho a dormir en el Ritz del pobre, el derecho a pensar del lobotomizado y el derecho a andar del encadenado. La libertad de crítica a lo establecido sin acceso al conocimiento es como la libertad de disparar sin balas.

La obra de teatro de la compañía Animalario “Alejandro y Ana (lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente)”, que está editada en DVD, no escapa, como ninguna, de la posibilidad de ser copiada. Fue por eso por lo que el Ciberpaís preguntó qué opinaba sobre esa realidad a uno de los intérpretes de la obra, Guillermo Toledo, quien, sin pelos en la lengua, dejó claro que está “absolutamente a favor” porque, según cuentan que cuenta, él lo que quiere es “que la gente lo vea”.
De mis amigos no fueron pocos los que siguieron el consejo de Guillermo y de mano a mano, de amigo a amigo, el CD pasó por todos y cada uno de los que forman mi círculo cercano y no tan cercano.

Meses después nos enteramos de que Animalario venía a Sevilla a representar la obra que ya era un clásico para nosotros y fuimos legión los que decidimos asistir al banquete
De los que fueron, muchos jamás habían ido antes ni a esa ni a ninguna otra obra de teatro.

De los que ya habían ido, mucho hacía que no iban. Pero aquella descarga que se compartió, hizo que no menos de veinte asientos se reservaran para la boda. Y, a pesar de todo, esos veinte asientos, esas veinte entradas y esos veinte amigos jamás cuentan en las cuentas de ninguno de los informes que analizan los perjuicios que causa el compartir.

En los periódicos y en los estudios encargados por las entidades de gestión las únicas cifras serias son las que enumeran euros y no personas. Esos millones no importan para los que consideran sus intereses privados como los más importantes del planeta.
Para el poder, los derechos ajenos cuando no se ignoran se supeditan y los suyos ganan por goleada cuando se enfrentan a los de todos los demás. Teddy Bautista, presidente ejecutivo de SGAE, lo tiene claro y para él la propiedad intelectual debería ser más preservada que otro tipo de bienes.

El pensamiento mercantil menosprecia el disfrute gratuito por el mero hecho de serlo. La mayoría de los usos de las redes P2P dan beneficios a los ciudadanos sin causar perjuicios, por la sencilla razón de que son inocuos. Personas que se bajan música, películas o libros que jamás se habrían comprado, son señalados con el dedo por hacer algo que “saben que está mal”. Resulta sin embargo un misterio que esté mal algo que no hace mal a nadie.

Según un estudio de dos profesores de la universidad de Harvard y de Carolina del Norte y que pueden secundar la mayoría de usuarios de P2P, la cantidad de obras descargadas que se habrían comprado oscila entre ninguna y casi ninguna. Y no solo eso, gran parte de las obras que tienen unos pocos años no podrían comprarse ni aunque se quisiera porque están descatalogadas. El 75% de las obras musicales publicadas por las grandes compañías no existe en ningún estante de ninguna tienda. Algo semejante puede decirse de libros y películas de las que únicamente mantienen en los comercios las novedades y los clásicos de renombre. Además de eso, hay obras que simplemente nunca han sido publicadas en nuestro país y que nunca lo serán. La descarga de esas obras que resulta inofensiva también es vista con recelo por la lógica de mercado, que no entiende el disfrute sin precio.

El individualismo como filosofía de vida nos enseña que nuestro esfuerzo no debe beneficiar a los demás aunque ese beneficio no suponga para nosotros un perjuicio correlativo.

Pedro Farré, conocido jurista de SGAE (ver definiciones en la siguiente página), explica bien esta teoría. Para él copiar obras sujetas a propiedad intelectual es como si “después de haber estudiado muchas horas para hacer un examen, el compañero que se sienta al lado lo copia. De forma natural cualquier estudiante se rebelaría contra esto, porque el esfuerzo de cada quien debe significar recompensa para este mismo”. La moraleja del cuento es clara: no solo es importante que tu esfuerzo te beneficie a ti sino que sobre todo no beneficie también a los demás.

En todas las clases, de todos los institutos de todos los países siempre había uno que no te prestaba los apuntes, que si le mirabas el examen llamaba a la seño y que si le decías que te ayudara con el problema de matemáticas te decía “haber atendido en clase”. Al parecer este tipo de persona que coleccionaba dieces y que veía la vida como una carrera de obstáculos en la que estás solo, es el único que actuaba “de forma natural”.

El egoísmo, la competitividad y el individualismo feroz no solo no son defectos sino que forman parte del ser humano como las uñas, el pelo y los dientes. Si tu mirada no está enamorada de tu ombligo, tú y solo tú eres el raro. La vida y los palos de la comunidad de los rectos te enseñarán el verdadero camino.

Internet es todavía el privilegio de unos pocos, y esa es la razón por la que el daño que hacen las redes P2P a la venta de discos sea, como dice el estudio de la Universidad de Harvard, “indistinguible de cero”. Pero eso no quiere decir que no se vaya a producir un daño en el futuro. La música no morirá, pero es probable que la venta de discos sea dentro de unos años una reliquia del pasado. El hecho de que los inventos no puedan desinventarse es el mayor miedo de muchas empresas y trabajadores que se ven sustituidos inevitablemente por la máquina. En el pasado, se avalanzaban contra los telares mecánicos los que hacían ese trabajo manualmente y que habían quedado obsoletos por el avance tecnológico. Esa llamada a la destrucción de la máquina, en su versión del siglo XXI, es lo que hace actualmente la industria discográfica. La única diferencia es que las leyes y las demandas de hoy sustituyen como a los palos y las piedras de ayer.

En España se ha generalizado la amenaza de que nosotros seremos los siguientes en ser demandados por las grandes empresas discográficas. Millones de familias están en el punto de mira bajo bendición de algunos artistas y de este gobierno y del anterior a éste. Mientras tanto, en las paredes de las calles han aparecido gritos anónimos de los amenazados y que dicen lo que los telediarios callan: “vuestro fallido modelo de negocio no es mi problema”.

[+/-] mostrar/ocultar el resto de esta cita (que es más largo de lo que parece)
El extensísimo texto que acabaste de leer no lo escribí yo, sino un tipo español llamado David Bravo Bueno. Con estas lineas, inicia un libro que, realmente, todo aquel se se autodenomine fanático de la música de verdad debe leer.

"Copia este libro" (que así se llama) muestra con argumentos y fuentes comprobables cómo las multinacionales del disco y las asociaciones de autores y editores musicales han usado el miedo y otras tácticas dignas de Paz Ciudadana o noticiero central de Chilevisión o MEGA para persuadir a la gente común, como tu o yo, a no descargar música (y videos, y programas y...) a través de programas P2P como eMule, Ares, o los desparecidos Napster, Audiogalaxy o BearShare (que sólo funciona para quienes se lo descargaron antes de julio).

Y explica que la causa por la que instituciones muy queridas en sus países de origen como la SGAE o la RIAA han luchado de maneras matonescas contra quienes 'piratean' en la comodidad de su casa no se fundamenta en el simplón argumento de 'con la piratería ya los músicos no pueden ganarse la vida sacando nuevos discos, por lo que tarde o temprano la música morirá y viviremos de discos recopilatorios'.

Parte de esa razón está en la cita con la que inicia este post: mantener un estado de las cosas (fue el mejor término que se me ocurrió sin recurrir al impreciso "sistema") en el que la cultura solo es accesible para el que se la puede costear. Como la educación y la salud de calidad, vivir en un vecindario pacífico y pulcro, los combos de Kentucky Fried Chicken, la ropa de moda y hasta el acceso a la más cotizada de las discotecas.

Y en el caso del acceso a la música, explica David, los P2P están permitiendo que más gente descubra música que normalmente no escucha en las radioemisoras ni se promociona por los canales de televisión, de la misma forma que antes lo hacía tu compañero de ética que te pasó un caset de música alternativa que te alejó de los back estrit boys, el dato que Bravo más repite en sus intervenciones.

Porque en España, David Bravo es prácticamente una celebridad, el Richard Stallman de la música para los ibéricos. O quizás el abogado hispano más reconocido, después de ese superhéroe urbano llamado Baltasar Garzón.

Y "Copia este libro", explica Bravo, no fue el documento que lo sacó a la fama. Ya antes se había hecho conocido por múltiples colaboraciones en revistas como @rroba y, por sobretodo, por participar en varias causas judiciales respecto a derechos de autor, lo que lo convirtió en la cuña imprescindible cada vez que la prensa española necesitaba hacer una nota sobre piratería (que no aparentara resultar demasiado tendenciosa a favor de los intereses de la SGAE). Entonces, con "Copia...", sintetizó en un gran libro las múltiples ideas que ha defendido en los últimos años.

David Bravo es uno de los personajes símbolo de un movimiento español cada vez más fuerte en contra de las múltiples restricciones a favor del copyright que hay en la Madre Patria. Restricciones cuyo principal defensor es la Sociedad General de Autores y Editores, la SGAE, simil de la Record Industry Asociation of America, por la naturaleza de sus movimientos contra la piratería, muchas de ellas mencionada en el libro de David Bravo y en el artículo sobre SGAE en la Wikipedia. La SGAE se puede comparar con la RIAA, pero no necesariamente con nuestra Sociedad Chilena del Derecho de Autor, ya que la SCD sólo organiza a los autores e intérpretes musicales, mientras que la SGAE y la RIAA, además, a los editores y productores. La SCD cobra licencias por emitir publicamente música nacional, pero ¿soñarán con transformarse en la SGAE chilena?

¿Algunos de sus movimientos? Probablemente el más ridículo sea cobrar un cargo extra o canon por cada CD o DVD virgen que se vende en España, por que supuestamente los usarás para piratear productos con copyright. (Artículo en Wikipedia para más detalles). O demandar por 500 euros a una modesta organización teatral de minusválidos por cantar en una obra de teatro tracks sin autorización de sus autores, medida que provocó tanta controversia entre los internautas hispanos que al final la SGAE devolvió la multa y se disculpó alegando "un error".

A lo anterior, hau que agregar su campaña sistemática por silenciar a todo quien se pronuncie en su contra, aunque "se trate de" la todopoderosa Google. El ejemplo más simbólico ocurrió cuando a principios de este año la Frikipedia (versión satírica de la Wikipedia) debió cerrar debido a una demanda de la SGAE por difamación, incosteable para sus dueños en caso de perderla. Todo porque en su artículo sobre la SGAE se afirmaba que:
Se dedica principalmente a defender los derechos de los grandes artistas (como David Bisbal, Alejandro Sanz...) recaudar dinero para obras benéficas (es decir, obras de ampliación de sus mansiones) (...) así como diversas actuaciones tipo mafia y organización de campañas de desinformación para el pueblo."
Reproduzco un dato de la Wikipedia al respecto:
Según uno de los responsables de la SGAE, Pedro Farré, esta iniciativa no fue un hecho aislado sino que se denunciaría toda web que albergue contenido difamatorio contra la organización, haya sido incluido o no por el responsable de la página o portal en cuestión"
Debido al cierre, muchos artículos de la Frikipedia fueron traspasados a un recien creado anexo hispano de la Uncyclopedia, sitio con el mismo espíritu frikipedístico. Y cuyo creciciento en meses fue tan impresionante que se fusionó con un sitio mexicano en la misma dirección, la Nakopedia, transformándose en la Inciclopedia.

Esta Inciclopedia también tiene su artículo sobre SGAE, pero decidieron llamarla, a honor de todo lo ocurrido, "La Innombrable". Y, además, transformarla en un recurrente símbolo del mal en otros artículos, atribuyéndole ser la propietaria de derechos hasta de obras muertas, y la responsabilidad de un montón de conspiraciones graciosas, como complotar contra Mozilla Firefox:
En su lucha contra estos, la SGAE estuvo a punto de acabar con Firefox, aunque finalmente se conformó con cerrar la Frikipedia, llevándose en el intento al apartado dedicado a nuestro navegador favorito(...) Afortunadamente, al 33 día, este resucito"
Por cierto, tiempo después la Frikipedia resucitó, no obstante en ella faltaba el artículo sobre SGAE. Todavía falta.

Pero no es que dos pelagatos hayan generado una polémica artificial tratando en esos términos a la SGAE. Antes del caso Frikipedia, surgió que al teclear "ladrones" en Google, el primer resultado que se obtiene es, precisamente, el enlace al sitio de la SGAE. Y en cualquier versión de Google, incluyendo Google Chile, Google U.S., Google Islas Norfolk o Google Azerbaiyán.

Eso es una "Google Bomb", que se logra al referir con una palabra a un sitio web en muchas páginas o sitios, un truco para burlar el mecanismo de selección de páginas del megalómano buscador, como cuando escribes "aweonao" en Google Images (mejor explicado ¿adivinen donde?).

Cuando se cerró la Frikipedia, una nueva Google bomb surgió, ahora al teclear "Siempre Ganamos Algunos Euros" llegabas primero al sitio de la SGAE. El mismísimo presidente de la SGAE, Teddy Bautista (sólo recordado, ¿vaya coincidencia?, por cantar como Judas en la versión española de "Jesucristo Superstar") acusó que lo 'hecho por Google' "es fascismo". "Acusar sin pruebas y aprovecharte de la impunidad es exactamente lo que hacen los gobernantes absolutistas". (la noticia completa acá).

Como ven, la historia de La Innombrable tiene una sobredosis de datos sabrosos, gran parte de ella recopilados en el libro de David Bravo, Completamente Recomendado por la CDM. ¿Que donde encontrarlo?. Simplemente, entrando a http://www.elastico.net/archives/005194.html Podrás descargarlo en PDF, y también en formato OpenOffice y para Palm. Ah, su nombre se aplica a cabalidad: "Copia este libro" se publica con licencia Creative Commons. Y como internauta con cerebro, tiene su fotolog... no, era broma, lo que tiene es su bitácora, accesible acá. Y si tecleas en YouTube "david bravo" encontrarás un montón de videos grabados de la tele española con sus intervenciones. Imprescindibles para entender por qué es todo un personaje. Pero en buena.

Es cierto. Cuando publiqué esta nota por vez primera, la cita con la que iniciaba no era la que ahora leiste. La cambie por la actual debido a que aquella refleja de mejor manera el tema central del libro de David. Pero lo que sigue es precisamente la cuña de "Copia este libro" que primero publiqué en la Caja antigua. En ella se refiere al rol de las superestrellas de la música en este conflicto, mencionando conceptos quie son pan de cada día en la Caja:
"Una de las características más relevantes de los superventas es que son ideológicamente estériles. El hecho de que la mayoría de los cantantes muchimillonarios no tomen partido por nada, tiene, como casi todo, razones de mercado. Es bien sabido que el objetivo de un superventas no es otro que el de supervender. Decantarse por una ideología, cualquiera que sea, puede suponer la extirpación inmediata de un sector comercial. Las discográficas son conscientes de que los temas polémicos polarizan el mercado, y esa es la razón por la que el 95% de la música está copada por movimientos sexis, cachetes con cachetes y pechitos con pechitos.

El hecho de que la cultura que es comercialmente rentable sea la que resulta aséptica, tiene un efecto importante en la sociedad. La cultura es fundamental en el desarrollo personal y puede ser la línea que marca la diferencia entre que tu hijo se preocupe porque no tiene Nikes con muelles o por el precio de la vivienda. Son los grandes poderes económicos los que fabrican la ideología y te la transmiten en forma de publicidad, de noticia o de canción del verano. La aparición de las redes P2P pone en jaque el pensamiento cero que promocionan estos ídolos de cartón piedra desde todos los medios de comunicación.

Esta realidad, que multiplica neuronas y melómanos, es el enemigo público número uno de las discográficas y de los gobiernos, que se han lanzado a una campaña propagandística para advertirte de que tu interés por acceder a la cultura es inmoral, ilegal y peligroso.

Como sería intragable que un magnate discográfico apareciera en televisión con su corbata y su gomina para exigir a la sociedad que dejen de descargar música, la estrategia a seguir ha sido la de enfrentar a músicos con los que deberían ser sus aliados.

La razón por la que los que venden discos por millones se quejan por el intercambio de Internet es porque éste da a los músicos lo que los superventas ya tienen: publicidad.

Los conciertos de Alejandro Sanz no aumentan por mucho que se distribuya su música por las redes P2P. Si este cantante va a tu ciudad, tú ya sabes si su concierto te va a gustar o no, o si merece o no la pena ir, aunque no hayas escuchado un disco suyo en toda tu vida.

Los superventas, en otras palabras, no necesitan de las redes de intercambio para que se les conozca, porque de eso ya se encargan los medios masivos de comunicación.

Y no solo no les da, sino que les quita. Tú mismo recordarás que dejaste de ser fan de los Backs Streets Boys (sic) el día que aquel tipo del pelo largo que se sentaba a tu lado en clase de Ética, te enseñó un mundo de música independiente que ni siquiera sabías que existía. Los Back Streets Boys ya podían olvidarse de ti.

Ese alumno que te sacó del mundo de la música prefabricada y que es el enemigo número uno de las multinacionales, está ahora multiplicado por millones en las redes de intercambio de archivos en Internet. Más de cien millones de personas que comparten música y que se descubren cada día mutuamente que hay vida más allá de Bustamante. Los conciertos de muchos superventas no solo no suben, sino que corren el riesgo de bajar si sus fans descubren que hay otros mundos.

De hecho, según el anuario de la SGAE de 2004, los “grandes conciertos” (aquellos que tienen más de 2.500 espectadores) han bajado de 1.104, en el año 2002, a 865 en 2003, mientras que los “conciertos normales” han subido drásticamente de 71.469, en 2002, a 100.458, en 2003.

El mercado de la música está basado en los superventas: seis o siete grupos o cantantes que venden por millones porque los medios de comunicación te recuerdan que los debes oír si te consideras una persona normal. El mayor peligro de las redes P2P es que diversifica los gustos que antes estaban concentrados. El intercambio descubre la música a mucha gente, y música es precisamente lo que las grandes multinacionales no venden.

El negocio de las multinacionales es el de la venta de productos musicales que solo exigen dos requisitos a los consumidores: que tengan 20 euros a mano y que no sepan demasiado de música.

El hecho de que las multinacionales buscan un mercado predecible no es una suposición, sino que es un pecado confesado por ellas mismas. Cuando las estaciones de radio más minoritarias preguntaron a la RIAA por qué establecía un precio tan alto para la comunicación pública de sus obras expulsando así a cientos de emisoras, la RIAA contestó: “la verdad es que no queremos que el modelo sea el de una industria con miles de emisoras, creemos que debería ser una industria con cinco o siete grandes actores que puedan pagar una tarifa alta y que sea un mercado estable, predecible”.

[+/-] mostrar/ocultar el resto de esta otra cita
¿Tema recomendado? No hay de queso, no más de papa:
odio internet explorer default
descargar rar
16 megabytes, 2 mp3
27. Incognito, “Still a friend of mine”
Positivity, 1994
Definir a esta banda, encasillando su música en un subgénero particular, por mucho que haya quienes consideren que ellos son los fundadores de aquel específico subgénero, es no reflejar a cabalidad el fundamento sonoro de esta banda. Es argumentar con debilidad el por qué debes darle una oportunidad a esta pandilla, si nunca la has escuchado

La cara más visible de Incognito es Jean Paul Maunick, mejor conocido como "Bluey". Es ese tipo bajo y regordete que protagoniza en solitario las portadas de los últimos dos discos de la banda, dejando en segundo plano a sus numerosos compañeros. Un lujo que se puede dar: No solo por ser el cerebro de semejante proyecto, sino por que, tras once discos, más de 25 años de carrera y demasiados enroques de integrantes en el proceso, ha conseguido que Incognito posea una auténtica identidad sónica. La cual puedes reconocer sin importar si escuchas un tema de su primer disco de 1981, el track que ahora la CDM te recomienda o "We got music", de "Eleven", el disco once publicado en 2005 (y 2006 en la Unión Americana, por si acaso)

Para definir con la mayor fidelidad posible lo que ellos hacen, sólo necesitas un sustantivo: felicidad. Sí, felicidad. El sonido de Incognito no es alegre, es feliz, te invita a mandar toda la mala onda a la mierda, y a cantar sus letras igual de felices, incluso bailar. No provoca que te olvides por un rato de las malas vibras y, después, a volver a la triste realidad con la misma cabizbajería de antes. Te invita a pasar un buen rato y después, ver la triste realidad con menos pesimismo
Es cierto que tienen sus canciones bajas de revoluciones, pero aquellos temas no apelan a la tristeza, sino a otras maneras de entender la felicidad, como aquella que puedes aplicar a la relación de pareja (y recuerden que es una banda británica, sobretodo si Radiohead, Coldplay y el brit-pop provocaron que vieras a toda la música hecha en Great Britain como melancólica)

La música de Incognito ha sido definida como acid jazz... eso no explica mucho que digamos lo que hacen, si no eres un experto en las múltiples ramificaciones del jazz, aunque puede servirte de referencia para buscar otras bandas han sido metidas en este mismo saco y, en cierto sentido, se le parecen —incluyendo a una liderada por un coleccionista de autos exóticos italianos... no digo más

Explicar el tema recomendado nos lleva a otro elemento importantísimo en la experiencia Incognito: Las voces. Aunque practicamente todos cantan en la banda, normalmente sobresale una voz femenina. Que no es cualquiera. La que más tiempo se ha mantenido en la banda (pero no ininterrumpidamente, llegó con el tercer disco, después abandonó la banda y años después, regresó) es Maysa Leak. Maysa para los amigos. Ella es la principal voz cantando en "still a friend of mine". Pero no es la única que ha sobresalido

Porque también tenemos a Joselyn Brown. Pero Brown sólo apareció en el segundo disco y no colaboró más para Incognito. ¿Que la hizo tan importante? Que ella canta "Always there" la única canción que la banda ha ingresado a un ránking británico. Brown canta muy parecido a Martha Wash, la principal fémina cantora en C+C Music Factory. Y hay bastantes versiones remixadas del tema en cuestión que suenan demasiado C+C

Y, más recientemente, ha destacado Imaani, no obstante invitada a cantar partes del álbum "Eleven" (que no sólo se llama así por ser el disco 11, también porque lo hizo un Incognito con 11 miembros, tiene once tracks y dura cierta cantidad de minutos con 11 segundos) Ella es protagonista única de dos superbaladas: "Baby it's allright" y "As long as it's you". Sobre Imaani trataré con más detalle en otra ocasión

[+/-] mostrar/ocultar el resto de la reseña de este track recomendado

Bonus track!: El RAR también incluye la versión que Incognito hizo para su disco Bees, Things and flowers de 2006. Realmente, una delicia.

Etiquetas: ,

   
todos los posteos publicados en
odio ie