. Con estas lineas, inicia un libro que, realmente, todo aquel se se autodenomine fanático de la música de verdad debe leer.
"Copia este libro" (que así se llama) muestra con argumentos y fuentes comprobables cómo las multinacionales del disco y las asociaciones de autores y editores musicales han usado el miedo y otras tácticas dignas de Paz Ciudadana o noticiero central de Chilevisión o MEGA para persuadir a la gente común, como tu o yo, a no descargar música (y videos, y programas y...) a través de programas P2P como eMule, Ares, o los desparecidos Napster, Audiogalaxy o BearShare (que sólo funciona para quienes se lo descargaron antes de julio).
Y explica que la causa por la que instituciones muy queridas en sus países de origen como la
han luchado de maneras matonescas contra quienes 'piratean' en la comodidad de su casa no se fundamenta en el simplón argumento de 'con la piratería ya los músicos no pueden ganarse la vida sacando nuevos discos, por lo que tarde o temprano la música morirá y viviremos de discos recopilatorios'.
Parte de esa razón está en la cita con la que inicia este post: mantener un estado de las cosas (fue el mejor término que se me ocurrió sin recurrir al impreciso "sistema") en el que la cultura solo es accesible para el que se la puede costear. Como la educación y la salud de calidad, vivir en un vecindario pacífico y pulcro, los combos de Kentucky Fried Chicken, la ropa de moda y hasta el acceso a la más cotizada de las discotecas.
Y en el caso del acceso a la música, explica David, los P2P están permitiendo que más gente descubra música que normalmente no escucha en las radioemisoras ni se promociona por los canales de televisión, de la misma forma que antes lo hacía tu compañero de ética que te pasó un caset de música alternativa que te alejó de los back estrit boys, el dato que Bravo más repite en sus intervenciones.
Porque en España, David Bravo es prácticamente una celebridad, el
Richard Stallman de la música para los ibéricos. O quizás el abogado hispano más reconocido, después de ese superhéroe urbano llamado
Baltasar Garzón.
Y "Copia este libro", explica Bravo, no fue el documento que lo sacó a la fama. Ya antes se había hecho conocido por múltiples colaboraciones en revistas como
@rroba y, por sobretodo, por participar en varias causas judiciales respecto a derechos de autor, lo que lo convirtió en la cuña imprescindible cada vez que la prensa española necesitaba hacer una nota sobre piratería (que no aparentara resultar demasiado tendenciosa a favor de los intereses de la SGAE). Entonces, con "Copia...", sintetizó en un gran libro las múltiples ideas que ha defendido en los últimos años.
David Bravo es uno de los personajes símbolo de un movimiento español cada vez más fuerte en contra de las múltiples restricciones a favor del copyright que hay en la Madre Patria. Restricciones cuyo principal defensor es la
Sociedad General de Autores y Editores, la SGAE, simil de la
Record Industry Asociation of America, por la naturaleza de sus movimientos contra la piratería, muchas de ellas mencionada en el libro de David Bravo y en el
artículo sobre SGAE en la Wikipedia. La SGAE se puede comparar con la RIAA, pero no necesariamente con nuestra Sociedad Chilena del Derecho de Autor, ya que la SCD sólo organiza a los autores e intérpretes musicales, mientras que la SGAE y la RIAA, además, a los editores y productores. La SCD cobra licencias por emitir publicamente música nacional, pero ¿soñarán con transformarse en la SGAE chilena?
¿Algunos de sus movimientos? Probablemente el más ridículo sea cobrar un cargo extra o canon por cada CD o DVD virgen que se vende en España, por que supuestamente los usarás para piratear productos con copyright. (
Artículo en Wikipedia para más detalles). O demandar por 500 euros a una modesta organización teatral de minusválidos por cantar en una obra de teatro tracks sin autorización de sus autores, medida que provocó tanta controversia entre los internautas hispanos que al final la SGAE devolvió la multa y se disculpó alegando "un error".
A lo anterior, hau que agregar su campaña sistemática por silenciar a todo quien se pronuncie en su contra, aunque "se trate de" la todopoderosa Google. El ejemplo más simbólico ocurrió cuando a principios de este año la
Frikipedia (versión satírica de la Wikipedia) debió cerrar debido a una demanda de la SGAE por difamación, incosteable para sus dueños en caso de perderla. Todo porque en su artículo sobre la SGAE se afirmaba que:
Se dedica principalmente a defender los derechos de los grandes artistas (como David Bisbal, Alejandro Sanz...) recaudar dinero para obras benéficas (es decir, obras de ampliación de sus mansiones) (...) así como diversas actuaciones tipo mafia y organización de campañas de desinformación para el pueblo."
Reproduzco un dato de la Wikipedia al respecto:
Según uno de los responsables de la SGAE, Pedro Farré, esta iniciativa no fue un hecho aislado sino que se denunciaría toda web que albergue contenido difamatorio contra la organización, haya sido incluido o no por el responsable de la página o portal en cuestión"
Debido al cierre, muchos artículos de la Frikipedia fueron traspasados a un recien creado anexo hispano de la
Uncyclopedia, sitio con el mismo espíritu frikipedístico. Y cuyo creciciento en meses fue tan impresionante que se fusionó con un sitio mexicano en la misma dirección, la
Nakopedia, transformándose en la
Inciclopedia.
Esta Inciclopedia también tiene su artículo sobre SGAE, pero decidieron llamarla, a honor de todo lo ocurrido,
"La Innombrable". Y, además, transformarla en un recurrente símbolo del mal en otros artículos, atribuyéndole ser la propietaria de derechos hasta de obras muertas, y la responsabilidad de un montón de conspiraciones graciosas, como complotar contra Mozilla Firefox:
En su lucha contra estos, la SGAE estuvo a punto de acabar con Firefox, aunque finalmente se conformó con cerrar la Frikipedia, llevándose en el intento al apartado dedicado a nuestro navegador favorito(...) Afortunadamente, al 33 día, este resucito"
Por cierto, tiempo después la Frikipedia resucitó, no obstante en ella faltaba el artículo sobre SGAE. Todavía falta.
Pero no es que dos pelagatos hayan generado una polémica artificial tratando en esos términos a la SGAE. Antes del caso Frikipedia, surgió que al teclear "ladrones" en Google, el primer resultado que se obtiene es, precisamente, el enlace al sitio de la SGAE. Y en cualquier versión de Google, incluyendo Google Chile, Google U.S., Google Islas Norfolk o Google Azerbaiyán.
Eso es una "Google Bomb", que se logra al referir con una palabra a un sitio web en muchas páginas o sitios, un truco para burlar el mecanismo de selección de páginas del megalómano buscador, como cuando escribes "aweonao" en Google Images (
mejor explicado ¿adivinen donde?).
Cuando se cerró la Frikipedia, una nueva Google bomb surgió, ahora al teclear "
Siempre
Ganamos
Algunos
Euros" llegabas primero al sitio de la SGAE. El mismísimo presidente de la SGAE,
Teddy Bautista (sólo recordado, ¿vaya coincidencia?, por cantar como Judas en la versión española de "Jesucristo Superstar") acusó que lo 'hecho por Google'
"es fascismo". "Acusar sin pruebas y aprovecharte de la impunidad es exactamente lo que hacen los gobernantes absolutistas". (
la noticia completa acá).
Como ven, la historia de La Innombrable tiene una sobredosis de datos sabrosos, gran parte de ella recopilados en el libro de David Bravo,
Completamente Recomendado por la CDM. ¿Que donde encontrarlo?. Simplemente, entrando a
http://www.elastico.net/archives/005194.html Podrás descargarlo en PDF, y también en formato OpenOffice y para Palm. Ah, su nombre se aplica a cabalidad: "Copia este libro" se publica con licencia Creative Commons. Y como internauta con cerebro, tiene su fotolog... no, era broma, lo que tiene es su bitácora,
accesible acá. Y si tecleas en YouTube "david bravo" encontrarás un montón de videos grabados de la tele española con sus intervenciones. Imprescindibles para entender por qué es todo un personaje. Pero en buena.
Es cierto. Cuando publiqué esta nota por vez primera, la cita con la que iniciaba no era la que ahora leiste. La cambie por la actual debido a que aquella refleja de mejor manera el tema central del libro de David. Pero lo que sigue es precisamente la cuña de "Copia este libro" que primero publiqué en la Caja antigua. En ella se refiere al rol de las superestrellas de la música en este conflicto, mencionando conceptos quie son pan de cada día en la Caja:
"Una de las características más relevantes de los superventas es que son ideológicamente estériles. El hecho de que la mayoría de los cantantes muchimillonarios no tomen partido por nada, tiene, como casi todo, razones de mercado. Es bien sabido que el objetivo de un superventas no es otro que el de supervender. Decantarse por una ideología, cualquiera que sea, puede suponer la extirpación inmediata de un sector comercial. Las discográficas son conscientes de que los temas polémicos polarizan el mercado, y esa es la razón por la que el 95% de la música está copada por movimientos sexis, cachetes con cachetes y pechitos con pechitos.
El hecho de que la cultura que es comercialmente rentable sea la que resulta aséptica, tiene un efecto importante en la sociedad. La cultura es fundamental en el desarrollo personal y puede ser la línea que marca la diferencia entre que tu hijo se preocupe porque no tiene Nikes con muelles o por el precio de la vivienda. Son los grandes poderes económicos los que fabrican la ideología y te la transmiten en forma de publicidad, de noticia o de canción del verano. La aparición de las redes P2P pone en jaque el pensamiento cero que promocionan estos ídolos de cartón piedra desde todos los medios de comunicación.
Esta realidad, que multiplica neuronas y melómanos, es el enemigo público número uno de las discográficas y de los gobiernos, que se han lanzado a una campaña propagandística para advertirte de que tu interés por acceder a la cultura es inmoral, ilegal y peligroso.
Como sería intragable que un magnate discográfico apareciera en televisión con su corbata y su gomina para exigir a la sociedad que dejen de descargar música, la estrategia a seguir ha sido la de enfrentar a músicos con los que deberían ser sus aliados.
La razón por la que los que venden discos por millones se quejan por el intercambio de Internet es porque éste da a los músicos lo que los superventas ya tienen: publicidad.
Los conciertos de Alejandro Sanz no aumentan por mucho que se distribuya su música por las redes P2P. Si este cantante va a tu ciudad, tú ya sabes si su concierto te va a gustar o no, o si merece o no la pena ir, aunque no hayas escuchado un disco suyo en toda tu vida.
Los superventas, en otras palabras, no necesitan de las redes de intercambio para que se les conozca, porque de eso ya se encargan los medios masivos de comunicación.
Y no solo no les da, sino que les quita. Tú mismo recordarás que dejaste de ser fan de los Backs Streets Boys (sic) el día que aquel tipo del pelo largo que se sentaba a tu lado en clase de Ética, te enseñó un mundo de música independiente que ni siquiera sabías que existía. Los Back Streets Boys ya podían olvidarse de ti.
Ese alumno que te sacó del mundo de la música prefabricada y que es el enemigo número uno de las multinacionales, está ahora multiplicado por millones en las redes de intercambio de archivos en Internet. Más de cien millones de personas que comparten música y que se descubren cada día mutuamente que hay vida más allá de Bustamante. Los conciertos de muchos superventas no solo no suben, sino que corren el riesgo de bajar si sus fans descubren que hay otros mundos.
De hecho, según el anuario de la SGAE de 2004, los “grandes conciertos” (aquellos que tienen más de 2.500 espectadores) han bajado de 1.104, en el año 2002, a 865 en 2003, mientras que los “conciertos normales” han subido drásticamente de 71.469, en 2002, a 100.458, en 2003.
El mercado de la música está basado en los superventas: seis o siete grupos o cantantes que venden por millones porque los medios de comunicación te recuerdan que los debes oír si te consideras una persona normal. El mayor peligro de las redes P2P es que diversifica los gustos que antes estaban concentrados. El intercambio descubre la música a mucha gente, y música es precisamente lo que las grandes multinacionales no venden.
El negocio de las multinacionales es el de la venta de productos musicales que solo exigen dos requisitos a los consumidores: que tengan 20 euros a mano y que no sepan demasiado de música.
El hecho de que las multinacionales buscan un mercado predecible no es una suposición, sino que es un pecado confesado por ellas mismas. Cuando las estaciones de radio más minoritarias preguntaron a la RIAA por qué establecía un precio tan alto para la comunicación pública de sus obras expulsando así a cientos de emisoras, la RIAA contestó: “la verdad es que no queremos que el modelo sea el de una industria con miles de emisoras, creemos que debería ser una industria con cinco o siete grandes actores que puedan pagar una tarifa alta y que sea un mercado estable, predecible”.
[+/-] mostrar/ocultar el resto de esta otra cita¿Tema recomendado? No hay de queso, no más de papa: